30 oct 2018

INCURABLES

30/10/2018

Hace ya 37 años.
Aquella mujer me hizo unas preguntas básicas y me dejó hablar un rato. Supongo que fue menos de una hora. Cuando salimos al hall llamó a mi madre y le dijo:
-Es un niño muy obsesivo. Vamos a tener que trabajar eso.
Un año después aquella mujer y mi madre desistirían. Ambas llegaron a la conclusión que era una perdida de tiempo.

Hoy.
Acaban de finalizar los torneos masculinos de futsal.
Nacional prácticamente arrasó.
Es Bi Campeón en mayores
Es Penta Campeón en Sub 18
Es Bi Campeón en Sub 16
Y acá estamos. Preguntándonos ¿Porque somos segundos en Sub 20?

Porque contra la opinión de todos, nosotros, creemos que teníamos el mejor equipo. Y dije equipo, no jugadores. Y perdimos. Por lo tanto en algo fallamos.
Es difícil saber en que cuando la diferencia fue tan poca, pero creo tener una pista.
Falto el plus. Ese plus que sólo dan los objetivos colectivos.
Faltó enfocar. Faltó concientizar. Falto convencer que lo más importante es que tu equipo sea el mejor y no que tu seas el mejor. Demoramos, en el tramo final lo logramos, pero en cierta medida ya era tarde.
Una de las principales tareas del entrenador es enseñarle al jugador a distinguir entre objetivos y sueños.
Vale soñar, pero hay que tener claro la diferencia entre sueños y objetivos.
Cuando el jugador sale de la cancha y aún evalúa los minutos que jugó, los goles que hizo y no el "como jugó" aún falta mucho por hacer.
Lo del principio. En un año notable de Nacional ¿Porque hablar de esto? Justamente, porque lo que duele es lo que hay que cambiar. Porque ocultarlo, no publicarlo, sería alimentar que siga pasando.
Como entrenador me planteo objetivos. Para cumplir los objetivos me planteo caminos. Cuando el camino está intransitable busco otro camino, pero no cambio el objetivo.
Ganar es una droga dura.
Sólo genera ganas de ganar más.
No acepta la abstinencia.
No acepta el después. No acepta el mañana.
Es fácil decirlo. No es fácil vivirlo.
Y ganar no es lo único. También hay que mejorar al jugador. Tenemos que hacerlo mejor de lo que era. Para este equipo o para otro. Tiene que finalizar el año mejor de lo que lo recibimos. Tiene que tener más conceptos. Tiene que tener más cabeza, tiene que haber sumado en el recorrido.
Cerrando el tema de Sub 20. ¿Cuál es la conclusión? Lo que no ganamos este año, ya no se ganará. Es mentira que el deporte da revancha. Lo que dejaste de de vivir o de ganar no vuelve. Hay jugadores que dejarán la divisional. Algunos jugarán en el equipo mayor. Otros cambiarán de Club. Otros cambiarán de deporte. Se podrá ganar el próximo torneo de sub 20, y los siguientes. Pero el que se dejó pasar no se ganará jamás. Es una pena tener que entenderlo una vez consumado el hecho. Cuando pensemos en los pocos partidos que perdimos y en como los perdimos, cuando recordemos las decisiones tomadas y las no tomadas, lo lamentaremos. Y no es un capricho, y no es remover la herida. Es saber que hay una cicatriz. Es saber que algo nos lastimó, es aprender para el futuro y no repetir. Y sobre todo es que cada uno de los que fracasamos en ese torneo seamos capaces de entregar el mensaje correcto a los que vienen. A los que en el futuro compartan con nosotros un equipo. A nuestros compañeros de camino.
La enseñanza en resumen es, cuando los sueños y las ambiciones individuales se alejan del bien común, para el colectivo terminan siendo una pesadilla.

Pero no todo es frustración.
Muy por el contrario. También hemos ganado. Y de que forma.

Aún hay gente en Uruguay que se pregunta ¿A que juega Nacional?

Podría contestar desde lo táctico, tirando piques a los rivales. Podría contestar desde lo esencial, desde lo conceptual que es lo que hace al fondo de nuestros equipos, pero de verdad la respuesta es: Nacional juega a lo que pide cada ocasión.
Claro que tiene un plan madre. Claro que hay cosas que no se negocian. Claro que los conceptos están por encima de las jugadas e incluso de la táctica. Pero cada rival, cada circunstancia pide algo del entrenador y de los jugadores. Mas allá de lo que preparemos. Mas allá de lo que entrenemos en la semana. Cuando llegamos al juego y suceden cosas tenemos que contar con las herramientas para resolverlas. De eso se trata.

En mayores fuimos nuevamente campeones. Somos el único equipo clasificado por Uruguay a la Copa Libertadores masculina de 2019, y si Conmebol confirma lo planificado el otro equipo con actividad internacional oficial será Boston River, que al ser segundo participaría de la Copa Sudamericana de clubes.
Jugamos 25 partidos este año. Ganamos 21, empatamos 1 y perdimos 3.
Este es para el ambiente y para el mundo "extra futsal" el campeonato Pro. El que a todos les importa, el de Primera División.
Reconozco que es así, que es lo que se ve, lo que tiene difusión, lo que se televisa. Lo que aparece en los medios sin tener que pagar "una nota". Para nosotros todos los campeonatos tienen valor. Por eso lamentamos haber perdido uno, pero sabemos cual es la realidad y sabemos lo que implica para el club ganar la División de Honor. Y la ganamos, incluyendo el clásico que nos dio la anual por 6 a 1.

Fuimos los mejores, pero el recorrido no fueron sólo rosas. Ganamos y en el camino fuimos sorteando nuestros propios demonios. Fuimos relegando nuestras diferencias en pos del objetivo. Siempre, siempre, la vista puesta en el objetivo. Incluso por sobre el grupo. En definitiva, con los amigos nos podemos juntar cualquier día, alquilar una cancha y un parrillero. Esto era por los puntos.

Hubo equipo, hubo clase, y eso permitió alcanzar otro título.

Seguimos pensando que el Campeonato se debe definir de otra forma. Si el Play Off sigue siendo el sistema, el alargue no tiene sentido en el segundo juego. O se aplica la ventaja deportiva o se juega un tercer partido. Y lo decimos habiendo GANADO.

¿Cómo nos fue en los clásicos?
En mayores
2 a 2
6 a 1
En Sub 20
3 a 4
4 a 3
2 a 2 (1 a 2 alargue)
En Sub 18
8 a 1
5 a 4
En sub 16
4 a 5
8 a 1
Anotamos 43 goles, y recibimos 25.

Se jugaron 9 clásicos en masculino. Ganamos 5, perdimos 3(uno en alargue) y empatamos uno.

En mayores, en la Pro, de los últimos 10 Clásicos, GANAMOS 7, empatamos 2 y PERDIMOS 1.

En las más chicas, también ganamos. Y es en esas en las que la maquinita está funcionando. Ahí ya está la semilla. Ya jugamos a eso que la mayoría no termina de descifrar. Y claro, el juicio es siempre sobre el lado "duro". "Las formativas no son para ganar." Bueno entonces no te anotes en lo torneos por puntos y prepara a tus juveniles haciendo controles y entrenando distintos golpes hasta que estén preparados para ganar en la Pro. Nosotros pensamos que las críticas constructivas ayudan a crecer. Hacen al jugador mejor. Le sacan o le mejoran lo malo, lo preparan para el futuro. Cuando los jugadores no aceptan la crítica del entrenador y creen que con eso reafirman su autoestima se equivocan, en realidad lo que hacen es cerrar los oídos a la posibilidad de mejorar. Y claro que es mejor aprender ganando que perdiendo. Claro que es mejor corregir ganando que perdiendo. Nosotros valoramos la presión de jugar un clásico a los 15 años. Creemos que es una fase fundamental del aprendizaje. Valoramos que a esa edad jueguen finales por puntos, por títulos, por gloria.
Los juveniles vienen a Nacional a ganar y a aprender, no a hacer dinero. Ese es el orden, primero demuestra, formate, luego pide.

Acá les dejo un mensaje clarito y cortito del maestro Julio Velasco entrenador de voley de Argentina.
Este es el camino:
http://www.basquetplus.com/sites/default/files/videos/original/WhatsApp%20Video%202018-10-04%20at%2013.26.28.mp4

Y los juveniles ganaron.
Un PENTACAMPEONATO para la Sub 18. En la final vencieron a un muy buen equipo como era el de Old Christians. Ganaron, mejoraron, aprendieron.
La categoría chica(16) había perdido continuidad en Auf. Nacional siempre la mantuvo, aún sin torneo oficial. La mantuvo, organizó torneos amistosos. Regó la planta. Muchos de los que estaban ahí esperando ganaron en sub 18 este año. Alguno aún tenía edad de sub 16, y también ganó.

Y quiero que se entienda, luchamos por ganar pero aceptamos perder. Cuando nos sucede nos concentramos de inmediato en revertirlo. Y si mañana nuestras posibilidades fueran menores, siempre nuestro esfuerzo estaría fijado en haber dado lo máximo. En no habernos guardado nada. En aceptar que esa vez otro lo hizo mejor.
Siempre lo repito, es imposible ganar siempre, pero también es muy difícil perder siempre. En las trayectorias, en los períodos se evalúan los trabajos.

A mi grupo de colaboradores más cercanos el agradecimiento de siempre.
Sin Ariel Di Pierro esto no habría sido posible. Mi sostén en el equipo mayor, mi mano derecha, mi compañero de camino. Siempre del lado que hay que estar. Siempre con un discurso único, siempre como "parte" y no como individuo, siempre Cuerpo Técnico.
A Carlos Bianchi que tuvo que tomar dos categorías porque nosotros dejamos la Sub 18 y con desafíos importantes pudo llegar a la meta con ambos equipos.
A los jugadores que eligieron y eligen ser parte de esta aventura.
A todo el entorno del futsal de Nacional que me soporta y quiere incluso con mis fundamentalismos. A todos muchas gracias.

Llega el momento de descansar. Ojalá el futuro nos encuentre juntos porque de verdad hay mucho por hacer.
Hasta la otra.

PD: HECHOS y NO PALABRAS. El Futsal de Nacional si crece.











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